Después de ser expulsada cruelmente mientras estaba embarazada, una mamá perra ciega soportó días de abandono y su espíritu, una vez esperanzado, se atenuó con cada momento que pasaba.
Abandonada a valerse por sí misma en las calles implacables, su vientre de embarazada pesaba mucho mientras tropezaba en busca de refugio. Pero a medida que sus fuerzas menguaban, se desplomó, su cuerpo incapaz de soportar la crueldad que le infligieron.
A pesar de su situación, sus gritos de ayuda no fueron escuchados y quienes pasaban por allí ignoraron su situación. Fue un espectáculo desgarrador ser testigo del sufrimiento de esta criatura inocente, abandonada y olvidada por un mundo que le había dado la espalda.
Sin embargo, en medio de la oscuridad, brilló un rayo de esperanza, cuando almas bondadosas acudieron en su ayuda, ofreciéndole la compasión y el cuidado que tan desesperadamente necesitaba. Gracias a sus esfuerzos desinteresados, esta mamá perra ciega encontró el santuario y el apoyo que merecía, un testimonio de la resistencia del espíritu canino ante la adversidad.