Hace poco más de un año la triste vida de un perrito discapacitado llamado Bandit, dio un giro totalmente inesperado, después de haber sufrido tanto rechazo y sufrimiento.
El pobre perrito de color negro y con la mirada más dulce del mundo, había quedado confinado a una silla de ruedas desde el año 2014. Afortunadamente, desde ese momento pasó a formar parte de los canes rescatados del Gwinnett Jail Dogs Program.
Pero, a pesar de sus limitaciones físicas, Bandit les demostró a todos el verdadero significado del amor, la esperanza y el no darse por vencidos.
Como si no fuera suficiente con su lamentable discapacidad por un desacierto del destino, el pobre perrito llevaba a su haber un historial de rechazos después de haber sido devuelto por 4 familias que le ofrecieron amor, y luego se cansaron de él.
Como requería cuidados especiales, ninguna familia fue lo suficientemente responsable y compasiva y terminaron por dejarlo a su suerte, además de con el corazón roto en mil pedazos.
Sin embargo, Bandit decidió aferrarse a la vida con todas sus fuerzas. Hasta que en el año 2020, el destino se encargó de premiarlo después de un camino heroico de tanta lucha y perseverancia, enviándole al dueño perfecto que tanto necesitaba.
Bandit fue adoptado por Sue y Darrel Rider. Era como si todo se hubiera alineado para que permanecieran juntos para siempre. Resulta que Darrel al estar paralizado de cintura para abajo, al igual que Bandit usa una silla de ruedas.
Darrel y Bandit se enamoraron de inmediato y supieron que estaban predestinados
El día en que Bandit finalmente se despidió de todos sus cuidadores, dejó sentimientos encontrados en todos quienes lo amaban tanto.
Un emotivo vídeo revela el momento en que salió feliz por el pasillo junto a quien se convertiría en su padre y humano favorito:
Ya en casa, Darrel y Bandit crearon un vínculo indestructible, pues ambos se sentían absolutamente compenetrados, comprendían sus necesidades y limitaciones, y se tenían el uno al otro para todo.
Era realmente conmovedor verlos salir a pasear, ambos en sus sillas de ruedas, como compañeros incondicionales, en lo bueno y en lo malo, en la alegría y el dolor…
Por fin, Bandit estaba experimentando lo que era sentirse amado de verdad, que lo trataran con tanta dignidad y respeto como si fuera un miembro más de la familia que necesita atenciones y cuidados. Al punto que pensaba que no merecía tanto.
Pero, tristemente, cuando nada podía ir mejor, Bandit empeoró repentinamente. Y en marzo de 2021, cruzó el puente del arcoíris después de poco más de un año, tiempo en el que no pudo ser más feliz.
Con un emotivo mensaje, su familia compartió la triste noticia de su partida en Facebook:
«Hoy nos gustaría celebrar la vida de Bandit. Sabemos que muchos de ustedes lo han seguido a través del programa de perros de la cárcel de Gwinnett y continuaron después. A partir de ayer, Bandit ya no necesitará su silla de ruedas para moverse y será libre de marcar su territorio donde mejor le parezca. Bandit ha tenido un gran impacto en nuestras vidas en tan poco tiempo. Bandido te amamos y te extrañaremos. Sé libre y corre».
Después detallaron que Bandit desarrolló un tumor en su vejiga, que era imposible de operar. Y después de unas semanas, partió al cielo de los perros en brazos de su amado dueño, que quedó con un vacío indescriptible, luchando por comprender por qué la vida no le permitió más años de felicidad a su lado.
Aunque nos entristece que Darell haya perdido a su compañerito de vida que se volvió tan inseparable, nos alegra saber que no le faltó amor en sus últimos momentos. Que su historia siga tocando corazones como lo ha hecho hasta ahora. ¡Vuela alto, pequeño Bandit!