La apuesta de 10 millones de dólares de los Rays fracasa: el caos en el estadio, la revuelta de los aficionados y las históricas dificultades ofensivas amenazan el futuro de Tampa Bay en la MLB.
Los Tampa Bay Rays, otrora celebrados por su dominio del “moneyball”, están en caída libre. Un núcleo de adquisiciones baratas de 10 millones de dólares, un acuerdo fallido para un estadio de 1.300 millones de dólares y un bateo anémico han desatado una crisis que está poniendo a prueba la lealtad de los fanáticos y la paciencia de la MLB. Mientras aumentan los pedidos para que el propietario Stuart Sternberg venda, los Rays enfrentan su mayor amenaza existencial desde su creación en 1998.
Debacle en el estadio: “La gota que colmó el vaso” para aficionados y políticos
La retirada abrupta de los Rays de su proyecto de estadio de béisbol de San Petersburgo, valorado en 1.300 millones de dólares, ha encendido la furia. El propietario Sternberg atribuyó el hecho a “acontecimientos imprevistos”, pero fuentes privilegiadas apuntan al daño causado por el huracán Milton al Tropicana Field y a un estancamiento en la financiación con la ciudad26.
Reacción política: el alcalde de St. Pete, Ken Welch, declaró: “No tengo ningún interés en trabajar con este grupo de propietarios”, mientras que el comisionado del condado de Pinellas, Chris Latvala, exigió que Sternberg vendiera6.
Rebelión de los fans: El locutor de radio local Tom Krasniqi captó el sentimiento: “¡Estamos hartos de esto! ¡Nos merecemos algo mejor!”.
Orlando se acerca: Con la paciencia de Tampa Bay agotada, el ex All-Star AJ Pierzynski advirtió: “Orlando está ahí, esperando”4.
El experimento “All-Star” de 10 millones de dólares fracasa
La estrategia de plantilla de bajo coste de Tampa se está desmoronando. A pesar de retener al All-Star Yandy Díaz (opción ejercida para 20263), la alineación es históricamente inepta:
Infamia de la era de la pelota viva: el 9 de abril, los Rays se convirtieron en el primer equipo desde 1920 en dejar corredores varados en tercera con 0 outs en la séptima, octava y novena entrada5.
Agujero negro ofensivo: Ubicados cerca del fondo de la MLB en carreras anotadas, el promedio de equipo de los Rays de .244 y su OPS de .784 (liderado por Brandon Lowe) no se traducen en victorias15.
El pitcheo no puede compensar: incluso con el regreso de Shane McClanahan de su lesión (3.29 ERA en 20231), el personal está sobrecargado de trabajo debido a la inutilidad ofensiva.
La recepción bajo fuego: ¿reconstruir o reubicar?
Las decisiones del gerente general Erik Neander durante la temporada baja (fichar a Danny Jansen y a Ha-Seong Kim1) no han logrado abordar los problemas sistémicos. Con el agotamiento del sistema agrícola y las restricciones de nómina cada vez más estrictas, el modelo de los Rays de “hacer más con menos” se está derrumbando.
¿Que sigue?
La última batalla de Sternberg: el propietario enfrenta una creciente presión para conseguir financiación o vender6.
Venta de liquidación en fecha límite de cambios: si los Rays (actualmente con marca de 4-65) caen aún más, Díaz y McClanahan podrían convertirse en cebo de cambio3.
Intervención de la MLB: Con la viabilidad de compartir los ingresos de los Rays en duda, el comisionado Rob Manfred puede forzar una votación sobre la reubicación46.