Por Deportes LA Hoy
En un giro inesperado que ha encendido la conversación en todo el béisbol de Grandes Ligas, Dave Roberts, el carismático pero firme mánager de los Los Angeles Dodgers, envió un mensaje contundente a la afición y, sobre todo, a uno de sus jugadores más icónicos: Freddie Freeman.
Según fuentes cercanas al vestuario, Roberts, conocido por su liderazgo equilibrado, se hartó de la reciente mala racha del veterano primera base, y lo dejó claro en una declaración que rápidamente se hizo viral:
“Si Freddie no vuelve a ser el jugador que todos conocemos, no tendrá un lugar aquí. Los Dodgers siempre juegan para ganar, y eso exige compromiso total.”
Un mensaje que sacudió la casa
Para muchos fanáticos, escuchar que Roberts podría considerar separar a uno de los pilares del lineup sonó casi a sacrilegio. Freeman, que llegó a los Dodgers como un refuerzo de lujo tras triunfar en Atlanta, es uno de los rostros más queridos dentro y fuera del diamante.
Sin embargo, insiders confirman que detrás de bambalinas se percibe frustración: bajón en promedio de bateo, falta de consistencia en situaciones clave y una tensión silenciosa en el vestidor.
“Dave no lo dijo para humillarlo. Lo dijo porque sabe que Freddie puede dar mucho más. Es su forma de encender la chispa,” explicó un veterano del cuerpo técnico.
La respuesta de Freddie Freeman
Pero lo que realmente hizo estallar las redes no fue la amenaza de Roberts, sino la forma en que Freddie respondió cuando fue abordado por periodistas después de la práctica.
Con su típica serenidad, Freeman respiró hondo, esbozó una pequeña sonrisa y lanzó una frase que hizo que todo el estadio se quedara en silencio unos segundos:
“El primero que me echaría de los Dodgers… soy yo mismo si dejo de ser yo.”
Sin excusas, sin rodeos. Una línea que resumió su carácter competitivo y su compromiso inquebrantable con la camiseta azul.
La afición lo apoya… y lo exige
Las reacciones no se hicieron esperar: fanáticos de todas partes inundaron las redes con mensajes de apoyo, memes y declaraciones de fe absoluta en su ídolo.
“Freeman siempre vuelve más fuerte. Lo vimos en Atlanta y lo veremos aquí. ¡Vamos Dodgers!” escribieron miles de seguidores usando el hashtag #ConFreemanHastaElFinal.
Un vestidor que se reactiva
Fuentes internas aseguran que la declaración de Roberts y la respuesta de Freeman han servido como un golpe de energía para todo el equipo. Varios jugadores veteranos se acercaron a Freeman después del entrenamiento para mostrarle respaldo, recordándole que su liderazgo va más allá de cualquier slump.
“Esta es la clase de fuego que queremos rumbo a octubre,” dijo un coach. “Los Dodgers con Freeman enfocado son un equipo imparable.”
Una cosa es segura
En Los Ángeles, nadie quiere ver a Freddie Freeman con otro uniforme. Ni Dave Roberts, ni sus compañeros, ni la ciudad que ha adoptado su swing impecable y su sonrisa tranquila.
Ahora, la pelota está de nuevo en el guante de Freddie — y si algo ha demostrado en su carrera es que cuando la presión aprieta, él responde como los grandes.