Boston, MA — El legendario lanzador de los Boston Red Sox, Curt Schilling, ha sido oficialmente inducido al Salón de la Fama del Béisbol, un acontecimiento que ha generado tanto celebraciones como controversia en el mundo del deporte.
Schilling, ampliamente reconocido por su papel crucial en llevar a los Red Sox a la victoria histórica en la Serie Mundial de 2004, ha sido una figura divisiva durante años debido a sus declaraciones y actividades fuera del campo. A pesar de su rendimiento estelar en postemporada y sus impresionantes estadísticas (216 victorias, 3.46 de efectividad y más de 3,100 ponches), sus posturas públicas y publicaciones en redes sociales habían obstaculizado su elección durante años.
“Esto es un reconocimiento a lo que hice como jugador, no a lo que dije fuera del diamante,” declaró Schilling en una entrevista tras el anuncio.
Muchos fanáticos celebran la decisión como un merecido homenaje a uno de los mejores lanzadores de la era moderna, mientras que otros critican lo que consideran una separación injusta entre conducta personal y méritos deportivos.
“Curt nos dio uno de los momentos más grandes de la historia de los Red Sox, pero siempre ha sido una figura complicada,” comentó un periodista deportivo de Boston.
La inclusión de Schilling marca el fin de uno de los debates más largos y polarizantes en la historia reciente del Salón de la Fama. Ya sea considerado un héroe, un villano o ambos, su legado como parte del inolvidable equipo de 2004 ya está oficialmente inmortalizado en Cooperstown.