El mundo del béisbol está en estado de conmoción tras las explosivas declaraciones de Rafael Devers, quien finalmente rompió el silencio tras su sorpresivo traspaso a los San Francisco Giants. En una entrevista exclusiva concedida esta mañana a medios dominicanos, el ahora ex tercera base de los Red Sox se mostró dolido, desconcertado y, sobre todo, traicionado.
“No tenía idea de lo que estaban haciendo. Nadie me dijo nada. Me enteré casi al mismo tiempo que los fanáticos. Fue como si ya no importara,” dijo Devers, visiblemente afectado. Según sus palabras, nunca fue consultado ni informado sobre las negociaciones en curso entre Boston y San Francisco, y las únicas comunicaciones que recibió fueron “mensajes duros, fríos y sin corazón” provenientes del manager Alex Cora y de la junta directiva.
“Alex me mandó un texto que ni siquiera parecía suyo. Me dijo que era una decisión complicada pero necesaria. Y la junta… solo me enviaron un correo formal. Ninguna llamada, ninguna cara, nada. Me trataron como si fuera un número más,” afirmó Devers, en lo que ya muchos califican como una de las despedidas más insensibles en la historia reciente de los Red Sox.
La reacción de los fanáticos no se hizo esperar. En redes sociales, miles de aficionados de Boston han expresado su indignación, dolor y vergüenza. Algunos incluso se han presentado esta tarde en los alrededores de Fenway Park con pancartas que dicen “Devers merecía respeto” y “Así no se despide a una leyenda.”
Devers, quien fue una pieza clave de la franquicia desde su debut en 2017, no solo se consolidó como uno de los bates más poderosos de la Liga Americana, sino que también se ganó el cariño de la afición por su entrega, humildad y lealtad. Por eso, sus declaraciones han tocado una fibra muy profunda entre los seguidores del equipo.
“Yo entiendo que esto es un negocio, claro que sí,” dijo el dominicano. “Pero después de todo lo que di, después de los años difíciles y los momentos buenos, merecía algo mejor que un correo sin alma.”
Desde San Francisco, los Giants han confirmado la llegada de Devers como un “movimiento clave para el futuro de la organización.” Este lunes será presentado oficialmente en el Oracle Park, aunque aún se desconoce si participará en el próximo juego. Fuentes cercanas al club aseguran que Devers ha sido bien recibido por su nuevo equipo, aunque él mismo reconoció que aún no ha superado el impacto de su abrupta salida.
“No he empacado mis cosas. Todavía no asimilo todo esto. Me siento como si me hubieran arrancado una parte del corazón,” confesó.
Por ahora, ni Alex Cora ni ningún miembro de la directiva de los Red Sox ha ofrecido una declaración oficial en respuesta a las acusaciones de Devers, aunque la presión mediática y de los fanáticos parece estar creciendo por minuto. Algunos exjugadores de la organización han salido a apoyar públicamente al dominicano, afirmando que su legado en Boston debería haber sido honrado, no ignorado.
Esta no es simplemente una historia de un traspaso más. Es una herida abierta, un final amargo para uno de los íconos recientes del béisbol en Boston. Y mientras Rafael Devers se prepara para escribir un nuevo capítulo en su carrera con los Giants, la manera en que fue despedido por los Red Sox quedará como una de las decisiones más frías y polémicas en la memoria reciente de la MLB.