París, Francia– Una verdadera tormenta ha estallado en el mundo del tenis tras el enfrentamiento entre Novak Djokovic y Taylor Fritz en Roland Garros. Lo que comenzó como un esperado duelo en la arcilla parisina ha terminado en una batalla legal, emocional y mediática que ahora tiene al CEO del torneo, Guy Forget, en el centro de una investigación sin precedentes.
El partido, que culminó con la victoria de Djokovic en cuatro sets, estuvo cargado de tensión, pero fue la reacción posterior la que realmente captó la atención del mundo del deporte. Taylor Fritz, visiblemente molesto durante la conferencia de prensa posterior, acusó al serbio de “actuar deliberadamente” y manipular el ritmo del juego a través de “pausas médicas estratégicas y distracciones tácticas”.
“No se trata de perder o ganar”, dijo Fritz a los periodistas. “Es una cuestión de integridad. No puedes detener el ritmo de una partida cinco veces para‘ Dolores ’y luego moverte como si nada hubiera pasado. Para mí, eso no es Fair Play”.
Horas después de esas declaraciones, el entorno de Fritz confirmó que el jugador estadounidense había presentado una queja formal ante la Federación Internacional de Tenis (ITF), exigiendo que se revisara el juego y se investigara el comportamiento de Djokovic bajo las regulaciones actuales del Código de Conducta del Grand Slam.
La denuncia, que incluye material audiovisual y testimonios de personas del equipo Fritz, fue recibida con sorpresa por muchos, pero también con un apoyo inesperado de otros jugadores, que han compartido públicamente sus experiencias similares con el comportamiento del número uno del mundo.
Ante el revuelo y la presión mediática, Guy Forget, director del torneo, emitió un comunicado anunciando que se abrirá una investigación interna. “Nos tomamos muy en serio cualquier acusación relacionada con la ética deportiva. Estamos revisando las grabaciones de la fiesta y analizaremos todos los informes antes de emitir una evaluación formal”, dijo.
Es una medida sin precedentes en el contexto de Roland Garros, donde un jugador rara vez ha acusado a otro de “hacer trampa” de manera tan directa y pública. Olvídese de enfatizar que la integridad del torneo está por encima de cualquier jugador, independientemente de su clasificación o historial.
Pero tal vez lo más impactante fue la reacción de Djokovic. En una entrevista después del anuncio de la denuncia, el serbio fue desafiante y visiblemente molesto.
“Estoy harto cada vez que gano, alguien dice que hice trampa”, exclamó Djokovic. “He estado jugando con lesiones, con presión, con todos en contra.
Además, Djokovic insinuó que hay una “campaña contra ella” liderada por ciertos jugadores que “no pierden.” Fritz es un buen jugador, pero no está a mi nivel. Si no puede aceptar eso, se busca otro deporte -dijo sin pelos en la lengua.
Las opiniones en el circuito ATP están divididas. Rafael Nadal, siempre diplomático, pidió prudencia: “Este tipo de conflictos hay que tratarlos con respeto y en privado. Las acusaciones públicas solo dañan el deporte”.
En cambio, Nick Kyrgios, conocido por su franqueza, escribió en X (anteriormente Twitter): “Bien por Fritz. No todos se atreven a decir lo que muchos piensan”.
Otros jugadores como Alexander Zverev y Casper Ruud evitaron comentar, aunque se rumorea que varios han ofrecido testimonios anónimos en apoyo de la denuncia de Fritz.
La ITF ha confirmado que analizará la denuncia, pero advierte que las decisiones podrían tardar semanas. Mientras tanto, el torneo continúa con Djokovic avanzando a los cuartos de final, ahora bajo una sombra de controversia que amenaza con eclipsar su legado.
Sea cual sea el resultado de la investigación, una cosa está clara: Roland Garros nunca volverá a ser el mismo. Lo que debería ser una celebración del tenis se ha convertido en un escenario de tensión, sospechas y rivalidades más allá de la cancha.
¿Es esta la caída de un ídolo o simplemente otra página en la controvertida historia del guerrero serbio? El tiempo lo dirá.