El dueño de los Athletics, John Fisher, sigue adelante con sus planes de iniciar la construcción de su nuevo estadio en Las Vegas a mediados de año. Mientras tanto, existe un posible efecto dominó proveniente de todo el país que podría afectar sus planes.
El dueño de los Tampa Bay Rays, Stu Sternberg, anunció que el equipo se retracta de un acuerdo de $1.3 mil millones para construir un estadio en San Petersburgo.
Corren rumores de que las Grandes Ligas quieren que Sternberg venda a los Rays, pero él insiste en que la franquicia permanece fuera del mercado por ahora.
Con este drama en desarrollo, vale la pena reflexionar sobre qué podría suceder si Sternberg decide, o se ve obligado, a vender a los Rays. Es una posibilidad intrigante para cualquiera que considere a los Athletics como una posible inversión.
Forbes estima que los A’s y los Rays tienen valoraciones muy similares: los A’s en $1.2 mil millones, los Rays en $1.25 mil millones. Ambos equipos buscan nuevos estadios, lo que hace que el paralelismo sea aún más sorprendente para los posibles inversores que evalúan estas franquicias.
¿Podría esto afectar la confianza de los inversores, especialmente en términos de valoración? Sin duda.
La variable clave es si las negociaciones en torno a los A’s involucran su valor antes o después del nuevo estadio. Los Rays, hipotéticamente vendiendo antes de conseguir un nuevo estadio, tendrían su valoración establecida en el escenario actual.
Si optan por una cifra superior o inferior a su valoración pública, esto proporciona un punto de referencia significativo en el contexto de la situación de los A’s.
Este asunto es particularmente apremiante para Fisher, ya que busca alrededor de 500 millones de dólares para ayudar a financiar el estadio en Las Vegas. Traduzcamos estas cifras a un lenguaje sencillo: 500 millones de dólares representan aproximadamente el 41,67 % de la valoración actual de los A’s.
Una disminución o un aumento en esa cifra modifica rápidamente el porcentaje de propiedad que Fisher tendría que ceder. Si se aumenta el valor de la franquicia a, digamos, 1400 millones de dólares, esa participación de 500 millones de dólares se convierte en aproximadamente el 35,7 %.
Esos puntos porcentuales pueden parecer insignificantes, pero podrían influir en un acuerdo para los posibles inversores.
Si bien la difícil situación de los Rays no necesariamente arruinará las ambiciones de los Atléticos en Las Vegas, podría afectar la dinámica financiera que enfrenta Fisher. El momento oportuno, como siempre, podría ser crucial.
Cerrar un acuerdo antes de cualquier posible venta de los Rays significa que Fisher podría evitar por completo las complejidades de las fluctuaciones en las valoraciones. Mientras observamos el desarrollo de esta saga, es evidente que cada movimiento desde Florida será observado con atención en Oakland.