Los Ángeles, 9 de mayo de 2025 — Mookie Betts no es el tipo de jugador que deja cabos sueltos. Campeón de Serie Mundial, MVP, y uno de los talentos más versátiles del béisbol moderno, el astro de los Dodgers se ha ganado el respeto dentro y fuera del diamante. Pero incluso las superestrellas tienen obsesiones. Y en el caso de Betts, hay una estadística “por debajo del promedio” que no lo deja dormir tranquilo.
Un detalle que no pasa desapercibido
En una entrevista reciente posterior a la práctica matutina de los Dodgers en el Dodger Stadium, Betts fue claro: su rendimiento defensivo como campocorto —una nueva posición para él esta temporada— no ha estado a la altura de sus propios estándares.
“No estoy satisfecho. Estoy muy por debajo del promedio defensivamente, y eso me molesta más que cualquier slump al bate,” confesó el jugador con franqueza.
Desde que Dave Roberts tomó la decisión audaz de mover a Betts del jardín derecho al campocorto en 2024, la transición ha estado llena de momentos brillantes… pero también de errores visibles.
Los números no mienten
Según estadísticas de MLB Statcast y Fangraphs, Betts figura con un Outs Above Average (OAA) negativo en su nueva posición esta temporada. Para un jugador que está acostumbrado a figurar entre los mejores defensores del juego, esto representa un bache difícil de aceptar.
“No quiero ser simplemente un buen bateador que juega en el infield. Quiero ser élite en ambas facetas. Y ahora mismo, no lo soy,” dijo Betts.
El precio de la versatilidad
La mudanza de Betts al infield no fue caprichosa. Los Dodgers buscaban maximizar su alineación, abrir espacio para talentos emergentes en los jardines y confiar en la capacidad atlética e inteligencia de Mookie para adaptarse. Pero el desafío ha sido más complejo de lo previsto.
“No es que haya fracasado. Es que está aprendiendo en tiempo real, bajo los reflectores de un equipo con aspiraciones de campeonato,” comentó un scout de la Liga Nacional de forma anónima.
A pesar de los tropiezos defensivos, Betts sigue rindiendo con el bate: mantiene un promedio por encima de .290 con OPS cercano a .900, y lidera al equipo en carreras anotadas.
Una obsesión productiva
La autocrítica de Betts no es un signo de debilidad, sino de su obsesiva búsqueda de excelencia. El MVP 2018 ha aumentado sus horas de práctica, trabajando después de los entrenamientos oficiales con los coaches de infield, especialmente con Dino Ebel, conocido por su meticulosidad defensiva.
“No estoy buscando excusas. Estoy buscando soluciones,” afirmó.
El respeto del clubhouse
Dentro del vestuario, sus compañeros lo respaldan.
“Lo que está haciendo Mookie no es fácil. Está cambiando de posición a los 30 años y asumiendo el reto con humildad y ética de trabajo. Eso inspira,” señaló Freddie Freeman.
El mánager Dave Roberts también ha salido en defensa de su estrella:
“Mookie siempre va a ser su crítico más duro. Pero su impacto en este equipo es incalculable, incluso cuando las métricas no lo favorecen.”
Conclusión: la lucha interna de un grande
Mookie Betts no está conforme, y eso es precisamente lo que lo hace especial. En una liga donde muchos se conforman con números decentes, él se obsesiona con cada jugada fallida, cada decimal que falta para alcanzar la élite.
Esa obsesión por corregir lo que está “por debajo del promedio” podría ser, irónicamente, lo que lo mantenga por encima del resto.