En lo que se esperaba que fuera un gran momento en su carrera, la sensación del tenis filipino de 19 años Alexandra Eala se enfrentó a una derrota sorprendente e inesperada en la ronda de clasificación de Roland Garros a principios de esta semana. Mientras los fanáticos se tambaleaban por la conmoción de la pérdida, la verdadera tormenta de fuego estalló horas más tarde cuando el entrenador de Eala, bajo un creciente escrutinio, dio un paso adelante con una declaración emocional y controvertida:Lo siento.
Desde entonces, esas dos palabras han provocado debate, incredulidad e incluso enojo entre fanáticos y expertos por igual, especialmente después de lo que siguió, una explicación que llevó el nombre de Rafael Nadal al centro de la tormenta.
La actuación de Eala en la eliminatoria de primera ronda contra una oponente de menor rango pero implacable fue visiblemente diferente a su forma habitual. Desde el saque inicial, parecía distraída, inconsistente y, a veces, abrumada. Su juego de pies era lento y los errores no forzados se acumulaban a un ritmo que sorprendía a los comentaristas.
En poco más de una hora, el partido terminó en una derrota por 6-4, 6-1, un marcador que dejó a los aficionados de todo el mundo desconcertados y, en algunos casos, indignados.
Las redes sociales estallaron con hashtags como # WhatHappenedToAlexy # NadalEffect, a medida que las teorías de conspiración y las críticas comenzaron a circular en línea, muchos se preguntaban cómo alguien asesorado por el gran Rafael Nadal podría desenredarse de manera tan espectacular.
Más tarde ese día, el entrenador de Eala, Javier Mendoza, se enfrentó a los medios de comunicación y pronunció un discurso público entre lágrimas.
“Lo siento, todos”, comenzó, con la voz temblorosa. “Hubo un problema grave que ocurrió pocas horas antes del partido. No revelaré todos los detalles por respeto a la privacidad de Alexandra, pero la afectó profunda y mentalmente. Trató de seguir adelante y darlo todo, pero no estaba en un estado tranquilo o sereno. Por favor, no la juzgues solo por este partido”.
Luego hizo un comentario que instantáneamente atrajo jadeos y titulares:
“Y no, esto no tiene nada que ver con Rafa Nadal. Por favor, deja de culparlo. Rafa ha hecho todo lo posible para apoyarla.
Pero para entonces, ya era demasiado tarde. El nombre de Nadal ya había entrado en el torbellino del debate online.
En cuestión de minutos, los foros de tenis y las secciones de comentarios explotaron con acaloradas discusiones. Si bien muchos simpatizaban con Eala, un grupo de fanáticos acusó a su equipo de atraer una atención innecesaria, y un daño potencial, al nombre de Rafael Nadal.
“Nadal es una leyenda. Si eres entrenado por él o estás afiliado a él, hay un estándar”, escribió un fan apasionado. “No te escondas detrás de excusas y arrastres a Rafa”.
Otro añadió: “Amamos a Alex, pero esto se manejó mal. No se puede explicar a medias una pérdida y esperar que la gente no especule”.
Sin embargo, algunos periodistas deportivos salieron en defensa de la joven estrella. La analista de tenis Martina Bianchi tuiteó:
“Esta chica tiene 19 años. Tuvo un mal día. El mundo no necesita crucificarla a ella o a su mentor por una pérdida. El legado de Rafa Nadal no es tan frágil”.
A la mañana siguiente, la propia Alexandra Eala abordó la situación con sinceridad y vulnerabilidad.
“Hubo algo muy personal que sucedió antes del partido que me sacudió. Traté de mantenerme fuerte y luchar, pero no pude jugar al 100%. Lo siento por todos los que creyeron en mí, especialmente Rafa y mi equipo”.
Su voz tembló mientras continuaba:
“Sé que decepcioné a muchas personas, pero por favor, sepan que nunca me rendí. Luché lo mejor que pude dadas las circunstancias. Espero que la gente pueda entenderme y seguir apoyándome”.
Su declaración pareció sofocar parte de la reacción, con una oleada de mensajes de apoyo que pronto inundaron sus redes sociales. La frase “¡Todavía creemos en ti, Alex!” comenzó a ser tendencia en el sudeste asiático.
En cuanto a Rafael Nadal, no ha abordado públicamente la situación, optando por centrarse en su propio regreso emocional a Roland Garros. Las personas cercanas al español dicen que sigue apoyando a Eala y cree en su potencial a largo plazo, llamándola “una luchadora con el corazón de una campeona”.
Queda por ver si este episodio deja o no una marca duradera en el viaje de Eala. Pero una cosa es cierta: en un deporte donde la presión, la expectativa y la emoción chocan bajo las luces más brillantes, a veces un simple “Lo siento, todos” revela cuán humanos son incluso nuestros futuros campeones.