En una declaración que ha provocado un fuerte debate en las redes sociales y en la comunidad más amplia de MMA, el campeón de peso ligero de UFC, Islam Makhachev, anunció públicamente su rechazo al Mes del Orgullo, calificando la celebración de la identidad LGBTQ+ en junio como “propaganda DESPERTADA” que “no merece ser conmemorada”.
El luchador nacido en Daguestán, conocido por su conservadurismo religioso y sus estrechos vínculos con la ex estrella de UFC Khabib Nurmagomedov, hizo los comentarios durante un scrum mediático después de una sesión de entrenamiento antes de su próxima defensa del título.
“Junio es solo otro mes para mí”, dijo Makhachev cuando se le preguntó sobre las campañas corporativas con temas de Orgullo y su creciente visibilidad en los deportes. “Respeto a todos, pero no celebro ideologías que vayan en contra de mi fe y mis valores. Todo este movimiento de” DESPERTAR “está siendo forzado a la gente, y no lo apoyo”.
La fe se encuentra con la controversia
Makhachev, un musulmán devoto, enfatizó que su rechazo no está arraigado en el odio o la animosidad personal, sino que proviene de una profunda adhesión a los principios islámicos, que tradicionalmente ven la homosexualidad como inadmisible.
“Soy musulmán. Vivo por mi religión, y no me permite apoyar tales cosas”, añadió. “Trato a todas las personas con respeto, pero no promoveré algo que creo que es moralmente incorrecto”.
Estos comentarios generaron inmediatamente una ola de reacciones, con algunos fanáticos aplaudiendo la postura sin disculpas del luchador, mientras que otros lo criticaron por lo que ven como intolerancia o incluso intolerancia. Los grupos de defensa LGBTQ+ respondieron rápidamente y condenaron la declaración como “retórica dañina que alimenta la discriminación”.
UFC atrapado en el fuego cruzado cultural
El UFC ha permanecido en silencio sobre la controversia hasta ahora, a pesar de no ser ajeno a las tormentas culturales y políticas. En los últimos años, la promoción se ha esforzado por parecer más inclusiva, incluso mostrando logotipos con temas de arco iris y destacando abiertamente a los luchadores LGBTQ+ durante el Mes del Orgullo.
Sin embargo, la liga también ha permitido constantemente que los luchadores se expresen libremente, incluso cuando sus puntos de vista han provocado una reacción violenta. El presidente de UFC, Dana White, ha mantenido durante mucho tiempo un espíritu de “libertad de expresión” entre su lista.
Un portavoz de la UFC, cuando se le preguntó sobre la declaración de Makhachev, respondió brevemente:
“La UFC apoya la libertad de expresión. Nuestros atletas provienen de diversos orígenes y tienen derecho a sus creencias personales”.
Fans y luchadores reaccionan
Las reacciones dentro del mundo de las MMA fueron mixtas. Algunos, como el luchador daguestaní Belal Muhammad, se hicieron eco de los sentimientos de Makhachev y publicaron un versículo coránico en Instagram con la leyenda: “No seguimos las tendencias. Seguimos a Dios”.
Otros fueron menos comprensivos. El peso welter estadounidense Neil Magny dijo en una entrevista:
“Puedes tener tus creencias, pero hay una manera de expresarlas sin menospreciar a los demás. La gente se olvida de que hay luchadores y aficionados que también son LGBTQ+”.
La ex campeona femenina de peso gallo de UFC, Julianna Peña, tuiteó:
“La libertad de religión no es una licencia para faltar al respeto. Todos merecen dignidad”.
Tensiones culturales más amplias
Los comentarios de Makhachev llegan en un momento en que las tensiones culturales sobre la llamada “astucia” y los derechos LGBTQ+ están aumentando a nivel mundial. En los últimos años, varios atletas, especialmente aquellos de orígenes conservadores o religiosos, se han pronunciado en contra del apoyo corporativo o institucional a las iniciativas del Orgullo.
En 2022, varios jugadores de la NHL se negaron a usar camisetas de calentamiento con temática del Orgullo. Del mismo modo, en el fútbol internacional, los jugadores de ciertos países se han negado a participar en promociones LGBTQ+, citando convicciones religiosas.
Mientras que algunos llaman a esto una tendencia peligrosa de intolerancia, otros argumentan que esperar que los atletas religiosos respalden ideologías que entran en conflicto con sus creencias es injusto.
¿Un riesgo calculado?
Algunos analistas creen que la declaración de Makhachev, aunque controvertida, puede no dañar significativamente su carrera. Con un fuerte número de seguidores en los países de mayoría musulmana, particularmente en Asia Central y Oriente Medio, su postura puede aumentar su apoyo en ciertos grupos demográficos.
“El Islam se está posicionando como un luchador de principios”, dijo la analista de deportes de combate Rachel Dunston. “En el mundo polarizado de hoy, eso puede ganar lealtad, incluso cuando atrae fuego”.
Aún así, las implicaciones a largo plazo siguen siendo inciertas. Los acuerdos de marca de Makhachev, las apariciones en los medios y el atractivo general, especialmente en los mercados occidentales, podrían ser objeto de escrutinio.
Una perspectiva más amplia
En el centro de la controversia hay una pregunta en curso: ¿Cómo deben las figuras públicas navegar la línea entre la creencia personal y la responsabilidad pública?
Islam Makhachev ha dejado clara su posición. Ya sea que los fanáticos lo vean como coraje o condena, sus comentarios probablemente seguirán siendo parte de la conversación más amplia sobre la fe, la identidad y la libertad en los deportes.
A medida que continúa el Mes del Orgullo y el mundo de las MMA reacciona, una cosa es cierta: esta no es la última vez que los problemas deportivos y sociales chocarán en el octágono.