Puede que Blue Ivy Carter sea hija de las superestrellas Beyoncé y Jay-Z, pero a su corta edad ya se está haciendo un nombre. Desde su nacimiento en enero de 2012, Blue Ivy ha robado constantemente la atención, ya sea engalanando ceremonias de premios con su presencia o apareciendo en los videos musicales de sus padres. A pesar de su corta edad, ya está causando revuelo en la industria del entretenimiento, ostentando galardones como un premio NAACP, un premio BET HER e incluso un Grammy.
Con tan solo nueve años, Blue Ivy hizo historia como la segunda ganadora más joven de un Grammy en 2021 por su papel en “BROWN SKIN GIRL”, que aparece en el álbum “The Lion King: The Gift”. También ha narrado audiolibros y protagonizó la película de su madre Beyoncé, “Black Is King”. Dado su impresionante currículum, no sorprende que sus padres hayan querido registrar su nombre como marca, aunque Jay-Z aclaró que era simplemente para evitar la explotación no autorizada.
Aunque Blue Ivy suele acompañar a su madre, Beyoncé, comparte un vínculo especial con su padre, Jay-Z. Desde el momento en que nació, Jay-Z quedó prendado de ella, e incluso lanzó una canción titulada “Glory” solo dos días después de su nacimiento para celebrar su llegada. La canción no solo anunciaba su nacimiento, sino que también hacía referencia a las alegrías de la paternidad e insinuaba el aborto espontáneo anterior de la pareja, lo que sugería la llegada milagrosa de Blue Ivy.
La devoción de Jay-Z por su hija va más allá de la música. Aprendió a nadar a los 42 años, inspirado por el deseo de proteger a Blue Ivy. Su estrecha relación es evidente en el aliento que Jay-Z le da a Blue Ivy para que se exprese libremente, incluso si eso significa criticarlo. Ya sea que se trate de aprender habilidades para la vida o asistir a eventos deportivos juntos, Jay-Z se asegura de que Blue Ivy se sienta apoyada y querida.
A pesar de haber crecido en el centro de atención, Blue Ivy disfruta de las típicas salidas de padre e hija, como ir a Disneylandia y asistir a partidos deportivos. Aunque sin duda está inmersa en el mundo de la música y el entretenimiento de sus padres, Jay-Z enfatiza la importancia de apoyar sus intereses, sean cuales sean.
La influencia de Blue Ivy en el trabajo de su padre es innegable. Desde incluir sus llantos en sus canciones hasta inspirarse en ella para sus propias canciones, Jay-Z celebra la presencia de su hija en su vida. Su vínculo es un testimonio de la alegría y el orgullo que le brinda la paternidad, lo que se evidencia en el apoyo entusiasta de Blue Ivy a su música y sus actuaciones.
Aunque la crianza de Blue Ivy puede ser diferente a la de la mayoría de los niños, en el fondo es una preadolescente normal, que a veces se avergüenza de las payasadas de su famoso padre. Sin embargo, su relación está llena de amor, risas y admiración mutua, lo que muestra el vínculo especial entre padre e hija.
A medida que Blue Ivy continúa creciendo y evolucionando, una cosa sigue siendo segura: no es solo la hija de Beyoncé y Jay-Z; es una estrella por derecho propio, destinada a la grandeza.