El único aquí eres tú, Cristian, llevándote a una niña como un cobarde.

Eres patético, cabrón.

Cristian.

Sin poder moverse por las esposas, se inclinó hacia delante, sus ojos llenos de Furia.

Cobarde, cobarde, tú, Romeo, vienes a meterte en un asunto que no es tuyo.

Esa es mi hija, no la tuya.

Así que cierra el hocico.

Caramba, cómo está el ambiente.

Qué pasó para llegar a esto?

Quédate hasta el final para enterarte de todos los detalles, pero antes Recuerda que si tú también piensas que Cristian Se pasó de la raya llevándose a inti a la fuerza, Dale.

Me gusta ahora mismo, porque aquí la cosa está que arde.

Vamos a comenzar la noche en Buenos Aires erá pesada, como si el aire mismo compartiera la angustia de kazu, quien estaba sentada en el borde del sofá de su casa temblando.

Su teléfono estaba en su mano y las llamadas a la policía habían sido constantes.

Cada vez que hablaba, repetía los mismos detalles.

Cristian nodal había secuestrado a inti, su hija.

Los oficiales trataban de calmarla prometiendo que harían todo lo posible, pero nada lograba apagar el incendio de ansiedad que la estaba consumiendo.

Mientras esperaba noticias, el teléfono volvió a sonar y el sonido la sobresaltó.

Al mirar la pantalla, vio el nombre de Romeo Santos y, por primera vez en horas sintió un pequeño Destello de Esperanza.

Contestó rápidamente: Julieta, mi amor, Cómo estás, Qué tal todo, preguntó Romeo.

Con su voz siempre suave y cariñosa, kasu no pudo contener las lágrimas al escuchar su tono, la voz que normalmente la calmaba ahora parecía romper el dique que contenía su angustia.

Romeo, muy mal, estoy, muy mal.

Necesito tu ayuda, dijo con la voz quebrada y temblorosa.

Romeo, quien hasta ese momento había estado tranquilo de inmediato se tensó.

Qué pasó, mi amor?

Dime qué está pasando, preguntó ahora con un tono más serio.

Casu tomó aire, pero las palabras salieron atropelladas por el peso de su desesperación.

Es Cristian, otra vez ese maldito, ese malnacido secuestró a mi hija.

Se llevó a inti, gritó dejando salir todo el dolor acumulado.

Romeo sintió como la sangre le hervía su mandíbula.

Se tensó y apretó los puños con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.

Ese gruñó casi escupiendo las palabras.

Cómo se atreve ese cabrón a hacerte esto?

Casu llor en Silencio Al otro lado de la línea.

Incapaz de contener el torrente de emociones que la invadía, Romeo, con la voz ahora llena de determinación, continuó: Julieta, No te preocupes, estoy en camino a tu casa.

Vamos a ir juntos a la comisaría.

Ese cabrón no tiene idea de con quién se está metiendo casu.

Aunque agradecida por su apoyo, apenas pudo responder.

Por favor, Romeo, estoy de los nervios.

Solo espero que inti esté bien.

No puedo pensar en nada más, dijo su voz ahogada por las lágrimas.

Voy volando, mi amor, Tranquila.

Esto no se queda así, respondió Romeo antes de colgar.

Minutos después, Romeo llegó a la casa de casu.

Bajó del auto con rapidez su rostro, reflejando una mezcla de Furia y preocupación.

Tocó la puerta con fuerza y, cuando caso abrió, No dudó en abrazarla con fuerza.

Julieta, vamos, esto no va a quedar así.

Ese cabrón va a pagar por lo que hizo.

Dijo con un tono que no admitía discusión.

Casu Lo miró, sus ojos llenos de Lágrimas, pero con un Destello de gratitud, se limpió el rostro rápidamente Y asintió.

Gracias, Romeo, de verdad, Gracias por estar aquí.

No sé qué haría sin ti, dijo tomando su mano.

Romeo le acarició el rostro con suavidad, tratando de transmitirle calma, Aunque por dentro estaba luchando con el enojo que lo consumía.

No está sola en esto, mi amor.

Vamos a encontrar a inti y a hacer que ese pague por lo que hizo.

En el camino a la comisaría, el ambiente en el auto era pesado.

Casu lloraba en silencio mientras Romeo mantenía la vista fija en el camino, con el volante apretado bajo sus manos, finalmente rompió el silencio.

Julieta escucha.

La policía ya está buscando verdad.

Vamos a darles toda la información que tengamos.

Ese cabrón no puede haberse ido muy lejos con la niña.

Dijo su tono tratando de ser tranquilizador, aunque su Furia era evidente.

Caso asintió tratando de calmarse.

Sí, ya les dije todo, pero siento que el tiempo corre en nuestra contra.

No puedo evitar pensar en lo que podría estar haciéndole a inti.

Respondió su voz temblorosa.

Romeo apretó aún más el volante, sus ojos llenos de determinación.

Inti, está bien, Julieta, Te lo prometo, ese no se va a salir con la suya, Yo me encargo.

Casu Lo miró Y, aunque estaba llena de miedo, las palabras de Romeo le dieron un poco de fuerza.

Sabía que él no iba a permitir que esto quedara impune.

La batalla por inti estaba en marcha y juntos estaban listos para enfrentar lo que fuera necesario.

La noche era una tormenta de emociones para caso en su casa de Buenos Aires.

Se paseaba de un lado a otro, mordiéndose las uñas y revisando el teléfono como si su vida dependiera de ello.

Ya había hablado con la policía, pero la respuesta no.

No había sido suficiente.

Cristian nodal se había llevado a inti, su hija, y cada minuto que pasaba sin saber dónde estaba.

Era un golpe directo a su corazón.

De pronto, el rugido de un auto en la entrada la hizo correr hacia la puerta.

Al abrir, vio a Romeo Santos bajar rápidamente.

Sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia él, abrazándolo con toda la fuerza que le quedaba.

Por fin llegaste, mi rey, dijo aferrándose a mientras las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas, Romeo, con su semblante serio, le devolvió el abrazo con firmeza, le acarició el cabello y le susurró con una voz que buscaba calmarla.

Julieta, tranquila, haré lo que sea necesario por ti.

No te preocupes por inti, Te lo prometo.

La vamos a recuperar.

Ese no sabe con quién se metió.

Casu asintió limpiándose las lágrimas Y tomó aire profundamente.

Gracias, Romeo, no sé qué haría sin ti.

Vamos rápido a la comisaría.

Sí, vámonos, ya no hay tiempo que perder, respondió Romeo tomándola de la mano y guiándola hacia el auto.

Ya en el camino, casu comenzó a explicarle todo lo que había pasado, Aunque su voz temblaba con cada palabra.

Ya llamé a la comisaría aquí, Romeo, les conté todo, pero me dijeron que no pueden hacer gran cosa porque Texas es territorio de Estados Unidos.

Romeo frunció el ceño claramente molesto por la burocracia que estaba dificultando las cosas.

Eso me vale, madres, Julieta, si Texas es el problema, Entonces vamos a Estados Unidos, dijo golpeando ligeramente el volante con la mano.

Tomaremos el jet privado.

Tengo un amigo en Miami, Mau, que es oficial de policía.

Ese cabrón tiene contactos en todas partes.

Nos va a ayudar.

Kazu Lo miró sorprendida por la determinación de Romeo.

Crees que podamos hacerlo?

No Solo lo creo, mi amor, te lo aseguro.

No voy a permitir que ese cabrón se salga con la suya.

Inti, es tu hija y nadie tiene derecho a quitártela.

Kasu sintió un Destello de esperanza.

Asintió con determinación y apretó la mano de Romeo.

Gracias, mi amor, Vamos.

Unas horas después, el jet privado aterrizó en Miami.

Romeo Yu se dirigieron directamente a la comisaría donde trabajaba Mauricio, el amigo de Romeo.

Al entrar, Mauricio, un hombre robusto con cabello corto y mirada aguda, los recibió con una mezcla de sorpresa y curiosidad.

Romeo, milagro, verte por aquí, qué te trae a Miami, hermano, preguntó, estrechándose.

Tensó al notar la seriedad en la voz de Romeo.

Qué pasó.

Dime qué, qué está pasando.

Kasu dio un paso adelante tratando de controlar el temblor en su voz.

Han secuestrado a mi hija, dijo su voz, quebrándose.

Al final, Mauricio abrió los ojos con incredulidad y preocupación.

Qué a tu hija.

Esto es muy serio.

Necesito que me cuenten todo para empezar a movernos.

Kazu respiró hondo y comenzó a explicar.

Fue mi ex, Cristian nodal.

Lo hizo para vengarse de mí.

Se llevó a inti sin mi permiso y la tiene en Texas.

Mauricio asintió tomando notas rápidamente.

Conoces la dirección exacta donde podría estar.

Casu sacó un papel del bolso y se lo entregó con la dirección de la casa de Cristian en Texas.

Aquí está Mauricio.

Lo tomó Y asintió nuevamente.

Muy bien, voy a contactar a mis compañeros en Texas para que estén al tanto y se movilicen hacia esa casa.

Vamos a recuperar a tu hija.

Casu dejó escapar un suspiro entrecortado.

Gracias, Mauricio, de verdad gracias, Mauricio.

La miró con seriedad.

Esto es un asunto muy grave.

Quieren denunciar formalmente a Cristian por esto.

Puede tener consecuencias legales muy serias para élu.

Dudó bajando la mirada, Aunque estaba furiosa con Cristian.

Una parte de ella no quería escalar las cosas más de lo necesario, pero Romeo no iba a permitir que ese dilema la detuviera.

Cómo que no lo sabes, Julieta.

Ese cabrón tiene que aprender que no puede hacer lo que se le hinche la gana.

Hay que denunciarlo para que pague por esto.

Casu lo miró y después de unos segundos asintió.

Tienes razón, mi amor.

Vamos a denunciarlo con todo el peso de la ley.

Mauricio sonrió ligeramente viendo la decisión en sus ojos.

Perfecto, necesitaré algunos datos más para completar el reporte.

Pasaron la tarde llenando formularios, explicando cada detalle y entregando toda la información necesaria.

Mauricio, por su parte, contactó de inmediato a la comisaría en Texas asegurándose de que los oficiales estuvieran preparados para actuar rápidamente.

Romeo no se apartó del lado de casu ni un segundo, sosteniendo su mano y dándole palabras de aliento.

Julieta, vamos a recuperar a inti.

Esto no se queda así, te lo prometo.

Dijo Mientras ella asentía, encontrando en sus palabras la fuerza que necesitaba.

La operación para localizar a inti estaba en marcha y, aunque la incertidumbre seguía siendo un peso, ambos sabían que habían dado un paso decisivo hacia la justicia.

Nodal estaba a punto de enfrentar las consecuencias de sus actos y la cuenta regresiva para su caída había comenzado.

Era una noche tranquila en la casa de Cristian nodal en Texas.

Ángela Aguilar estaba sentada en el sofá ojeando una revista de cocina mientras intentaba relajarse.

En el cuarto de int, Cristian arreglaba la cuna y tarareaba una canción para mantener a su hija tranquila.

Todo parecía en calma, pero esa calma se desmoronó de golpe cuando un estruendo sacudió la puerta principal pum.

La puerta fue derribada con una fuerza brutal y varios hombres armados con equipo táctico, entraron gritando: Swap manos arriba o disparo manos arriba.

Ahora gritaron sus armas apuntando a cada Rincón de la casa.

El corazón de Cristian se aceleró Al escuchar los gritos.

Salió del cuarto con las manos alzadas, su rostro reflejando puro desconcierto.

Qué chingados está pasando, gritó sin entender nada.

Uno de los oficiales lo apuntó directamente con su rifle y repitió la orden: manos arriba, arrodíllate, Qué están haciendo aquí?

Gritó: aterrada, Cállese y no interfiera, respondió uno de los oficiales sin quitarle los ojos de encima a Cristian.

Mientras, tanto, los llantos de inti comenzaron a llenar la casa desde el cuarto.

Ángela, sobresaltada, giró hacia Cristian.

Qué hiciste, Cristian?

Por qué están aquí? preguntó su voz llena de pánico.

Yo no hice nada.

Tranquilos, cabrones, es mi hija, gritó Cristian desesperado.

Mientras se arrodillaba lentamente, como le habían ordenado, los oficiales seguían gritando: órdenes, manos en la nuca, no se mueva o disparamos.

Cristian, temblando de coraje y miedo, obedeció mientras seguía Mirando a su alrededor, tratando de entender lo que estaba pasando.

Finalmente, uno de los oficiales del suat, Aparentemente el líder del grupo, bajó su arma y se acercó.

Es usted Cristian nodal, preguntó con un tono firme.

Cristian levantó la cabeza respirando agitadamente.

Sí, soy yo qué quieren, qué está pasando?

El oficial sacó un documento y lo miró directamente.

Está usted arrestado por secuestro sin custodia.

Crisan abrió los ojos de en par incrédulo.

Qué secuestro es mi hija.

Cabrones, eso no es un secuestro.

El oficial mantuvo la calma, pero no bajó la guardia.

Entendemos que es su hija, señor, pero la madre ha presentado una denuncia formal.

Necesitamos llevarlo a la comisaría para un interrogatorio.

En ese momento, Ángela se interpuso con el rostro lleno de horror.

Por el amor de Dios, Qué está pasando?

Por qué hablan de secuestro?

Me escondiste algo.

Cristian la miró con desesperación, tratando de explicarse.

No hice nada malo, Ángela, solo traje a mi hija conmigo.

Es mi hija también.

Los oficiales no dieron más tiempo para explicaciones.

Uno de ellos se acercó con las esposas.

Ponga las manos detrás de la espalda, ordenó Cristian con el rostro encendido de rabia.

Obedeció, pero no pudo contener su enojo.

Esto es una.

No hice nada malo.

Por qué chingados están haciendo esto?

El sonido metálico de las esposas cerrándose resonó en la sala y Ángela, paralizada, se llevó las manos a la boca.

El llanto de inti seguía retumbando desde el cuarto, haciendo que la escena se volviera a un más desgarradora.

Cristian, Dímelo ya Qué hiciste?

Gritó Ángela con lágrimas en los ojos.

Nada, Ángela, nada.

Solo traje a mi hija.

Es todo.

Respondió, pero su voz ya no tenía la fuerza de antes.

El peso de la situación comenzaba a hundirlo mientras los oficiales lo escoltaban hacia la patrulla.

Crisan trató de recuperar algo de compostura.

Cuándo voy a volver a casa?

Preguntó su voz cargada de desesperación.

El líder del equipo Lo miró con frialdad.

Eso dependerá de lo que diga el interrogatorio y de que se pueda demostrar su inocencia.

También hay denuncias en su contra por secuestro, intimidación y acoso verbal presentadas por la señora juliet y el señor Romeo Santos.

Cristian apretó los dientes, su rostro transformándose en pura Furia.

Eso, malditos, esos dos cabrones se unieron contra mí.

Qué se creen.

Esto no se va a quedar así, gritó mientras los oficiales lo empujaban hacia la patrulla desde la puerta.

Ángela los observaba llevárselo.

Su rostro reflejaba incredulidad y dolor mientras trataba de procesar lo que acababa de suceder.

Cristian, Cómo llegamos a esto? murmuró sin esperar respuesta.

Mientras lo subían al vehículo, Cristian no podía dejar de pensar en lo que consideraba una traición de casu y Romeo, esos cabrones van a ver.

Esto no se acaba aquí.

Pero en el fondo, una pequeña voz comenzaba a decirle que tal vez esta vez había ido demasiado lejos.

El ambiente en la casa quedó pesado, lleno de tensión y tragedia.

El llanto de inti seguía siendo el único sonido, mientras Ángela se derrumbaba en el sofá tratando de entender como la vida que creía conocer había cambiado tan drásticamente.

En cuestión de minutos.

Cristian, esposado y lleno de Furia, estaba siendo llevado hacia un futuro incierto, enfrentando por fin las consecuencias de sus acciones.

La patrulla llegó a la comisaría y el ambiente estaba cargado de tensión.

Cristian nodal iba en el asiento trasero, esposado con la mirada fija en la ventana.

Su mente era un torbellino de pensamientos, pero sobre todo estaba llena de rabia.

Malditos ikasu, esto es su culpa.

Me las van a pagar, pensaba apretando los dientes.

Cuando el vehículo se detuvo, los oficiales lo bajaron sujetándolo firmemente por los brazos.

Cristian trataba de mantener la compostura, pero su rostro delataba la furia que sentía.

No estaba preparado para lo que iba a encontrar dentro.

Al entrar a la sala de espera de la comisaría, sus ojos se cruzaron de inmediato con los deu y Romeo Santos, que estaban juntos.

En cuanto lo vio, casu, se levantó de golpe su rostro lleno de rabia y dolor.

Cómo te atreviste a llevarte a inti, eres un desgraciado, Cristian gritó, señalándolo con el dedo.

Cristian, que ya estaba al límite, no pudo contenerse.

Tiró la cabeza hacia atrás y rió de forma sarcástica, Aunque sus ojos brillaban de enojo, cómo me atreví.

Es mi hija, bendita sea.

No tienes derecho a decirme Qué hacer con mi sangre, respondió su voz cargada de veneno.

Romeo, al ver como Cristian hablaba aasu, se puso de pie lentamente, sus ojos oscuros fijos en él.

Cuando habló.

Su voz era baja, Pero amenazante.

Mira, cóm, le hablas a Julieta cabrón.

Ten cuidado, no estás en tu rancho.

Cristian soltó una carcajada sarcástica, pero su tono estaba lleno de furia contenida.

Y tú, qué Romeo, crees que por qué vienes aquí jugando al caballero?

Me vas a intimidar.

Eres un igual que ella.

No sabes con quién te estás metiendo.

Romeo dio un paso al frente, acercándose a Cristian, pero los oficiales lo detuvieron.

Caso Detrás de él, intentó calmarlo.

Romeo, por favor, no dijo agarrándole el brazo, pero Romeo no estaba dispuesto a quedarse callado.

No sé con quién me estoy metiendo.

Repitió: burlón, El único aquí eres tú, Cristian, llevándote a una niña como un cobarde.

Eres patético, cabrón.

Cristian, sin poder moverse por las esposas, se inclinó hacia delante, sus ojos llenos de Furia.

Cobarde, cobarde.

Tú, Romeo, vienes a meterte en en un asunto que no es tuyo.

Esa es mi hija, no la tuya.

Así que cierra el hocico.

El grito de Cristian resonó en la sala y los oficiales se acercaron para evitar que la situación escalara más, pero no llegaron a tiempo.

Romeo, ya harto, se zafó del agarre de los policías y le lanzó un empujón a Cristian, haciéndolo tambalear.

Ah sí, Qué vas a hacer, cabrón dime, gritó Romeo, acercándose peligrosamente.

Cristian, limitado por las esposas, intentó lanzarse hacia él, pero los oficiales lo sujetaron con fuerza.

Suéltame, hijos de la chingada,

Déjenme romperle la cara a este imbécil, gritó Cristian.

Forcejeando, casu se llevó las manos a la cabeza gritando: basta, los dos.

Esto no es por ustedes, es por inti, no lo entienden.

Las palabras de Caso hicieron eco en la sala, pero ninguno de los dos hombres parecía dispuesto a escuchar.

Cristian seguía gritando insultos mientras Romeo, a pesar de los intentos de los oficiales por calmarlo, seguía tratando de acercarse.

Tú no eres nadie para hablar de in.

Ni siquiera sabes lo que es ser un hombre.

Cristian gritó Romeo con los ojos inyectados de rabia.

Finalmente, los policías lograron separarlos llevando aan a una sala aparte mientras seguía gritando.

Esto no se queda así.

Malditos, me las van a pagar.

Vocifero su voz resonando por los pasillos.

Cuando la puerta se cerró, Romeo respiró hondo tratando de calmarse.

Casu Lo miró con lágrimas en los ojos.

Romeo no vale la pena.

Por favor, no te pongas en riesgo por él.

Romeo se giró hacia ella suavizando su expresión.

Al verla tan afectada, le tomó las manos y habló con un tono más tranquilo, pero aún firme.

No voy a permitir que ese cabrón vuelva a lastimarte ni a ti ni a inti.

Esto se va a acabar Aquí y ahora.

Caso asintió limpiándose las lágrimas mientras los oficiales volvían a la sala pidiéndoles calma y explicando que el caso seguiría en curso.

El ambiente en la comisaría seguía siendo tenso, pero la determinación de Romeo y dolor de Caso eran más fuertes que cualquier grito de Cristian.

La guerra por inti acababa de alcanzar un nuevo nivel y cada movimiento de los tres prometía dejar huellas profundas en sus vidas e ah, H y ah, foreign.