📚 Después de ver a niños leyendo libros rotos, Aaron Judge invierte $3.8 millones en una biblioteca—Lo que hizo después hizo llorar al Bronx
Bronx, NY — En un acto profundamente emotivo que ha tocado corazones en todo el mundo del béisbol, la estrella de los Yankees de Nueva York, Aaron Judge, ha gastado $3.8 millones de su propio dinero para construir una biblioteca moderna cerca de una escuela del Bronx—tras presenciar a un grupo de niños intentando estudiar con libros viejos y deteriorados en plena calle.
Pero fue lo que hizo después lo que hizo llorar incluso a los más duros aficionados del béisbol.
👀 El momento que lo cambió todo
Mientras visitaba un programa de mentoría juvenil en el Bronx, Judge notó a varios niños sentados en la acera fuera de un centro comunitario cerrado. Se acercó.
“Estaban leyendo libros con páginas sueltas y portadas rasgadas,” contó Judge.
“Uno de ellos me dijo: ‘Es el único libro que encontré’. Eso me partió el alma.”
🏗️ Del impacto a la acción: nace una biblioteca
En cuestión de semanas, Judge compró un terreno cerca de la escuela y se asoció con líderes locales y educadores. Con fondos personales, financió la creación de una biblioteca y centro de aprendizaje de $3.8 millones, que incluye:
-
Más de 10,000 libros nuevos
-
Salas de lectura interactivas con temática de los Yankees
-
Wi-Fi gratuito, tabletas y acceso digital para los estudiantes
-
Un programa de tutoría financiado con becas para después del horario escolar
😢 Lo que hizo después conmovió a todos
Durante la ceremonia de inauguración, Judge tomó el micrófono, pero en lugar de cortar una cinta, llamó por su nombre a los mismos niños que vio aquel día.
Uno a uno, los invitó al escenario y les entregó tarjetas doradas grabadas con sus nombres, diciéndoles:
“Este lugar es suyo. Y su historia apenas comienza.”
Luego sorprendió a todos al anunciar la creación del “Capítulo de Judge”, una donación anual de $100,000 para asegurar que la biblioteca siga completamente financiada y que ningún niño del distrito escolar vuelva a quedarse sin libros.
El público —padres, maestros, estudiantes— rompió en aplausos y lágrimas.