El equipo de rescate pudo decir que Brighe estaba sana porque no había estado deambulando sola durante un tiempo. Alguien con las habilidades necesarias la había matado de hambre a propósito. Su realimentación debe ser extremadamente lenta para evitar el fracaso de la organización. Sin embargo, Brighe luchó con valentía y, después de pasar varios días en el hospital, pudo alimentarse por sí misma.

Cada día, Brighe avanzaba. Aumentó de peso y empezó a caminar sola. La familia adoptiva de Brighe le brindó todo el amor y la atención que necesitaba para recuperarse y, con el tiempo, su encantadora personalidad y su espíritu perdonador comenzaron a emerger.

El día que Brighe había estado esperando con ansias, el día en que podría regresar a casa, llegó. Se instaló muy bien, jugando con los juguetes y comiendo cada cuatro horas. Su desarrollo no fue sorprendente, y rápidamente comenzó a salir a caminar diariamente y a practicar buenos mapas con correa.

Sin embargo, el viaje de Brighe estaba lejos de terminar. Después de 62 días de recuperación, finalmente fue adoptada por una familia cariñosa que la recibió con los brazos abiertos. Ahora que Brighe tiene un hermanito, sus padres están encantados de que ella se una a su familia.

Cada día, Brighe colabora para mostrar su fortaleza y resistencia, asegurando que incluso frente a una maldad indescriptible, el amor y el perdón alcancen el triunfo. La historia de Brighe sirve como recordatorio de que cada perro merece una oportunidad de llevar una vida feliz y saludable y que incluso los corazones más rotos pueden sanar y florecer con el cuidado y el apoyo adecuados.