En un giro totalmente inesperado que ha sacudido tanto al mundo del deporte como al de la tecnología, Alex Bregman, estrella de los Houston Astros, ha rechazado públicamente lucir el logotipo de Tesla — la compañía de automóviles eléctricos dirigida por el multimillonario Elon Musk — en su camiseta de juego, y lo ha hecho con una advertencia que ha dejado a todos en vilo.
La polémica estalló luego de que surgieran informes que indicaban que la MLB está negociando acuerdos publicitarios con grandes empresas para que sus logotipos aparezcan en los uniformes de los jugadores, entre ellas Tesla. Sin embargo, Bregman no solo se negó rotundamente, sino que acompañó su decisión con una declaración inquietante.
“No voy a llevar ese logo en mi pecho. No represento marcas en las que no creo. Y si cuento lo que sé, créanme, Elon Musk no va a decir una palabra. Se va a quedar en silencio… y asustado,” dijo Bregman ante la prensa.
Aunque no dio más detalles sobre a qué se refería, sus palabras han generado una ola de especulaciones en redes sociales y medios especializados. Algunos creen que el jugador podría estar al tanto de información comprometedora relacionada con Tesla, ya sea sobre condiciones laborales, impactos medioambientales o incluso tratos internos que aún no han salido a la luz.
“No se trata de dinero. Se trata de principios,” añadió Bregman. “Mi camiseta representa algo más grande. Y no se alquila al mejor postor.”
Ni Elon Musk ni Tesla han emitido un comunicado oficial al respecto, pero fuentes cercanas a la liga aseguran que la situación ha provocado tensión interna entre los patrocinadores potenciales y las figuras más influyentes del béisbol.
En redes sociales, el apoyo a Bregman ha sido inmediato.
#YoConBregman y #NoAlSilencio se han vuelto tendencia, mientras muchos fanáticos lo alaban por su valentía. Otros, sin embargo, critican el misterio que rodea sus declaraciones y piden que “si sabe algo, lo diga de una vez.”
Independientemente de la postura, una cosa está clara:
Alex Bregman no solo desafió a un gigante tecnológico; encendió una mecha que podría tener consecuencias inesperadas en la intersección entre el deporte, el poder y los negocios.
Esta historia está en desarrollo.