En un giro sorprendente que ha sacudido al mundo del béisbol, el tercera base de los Houston Astros, Alex Bregman, reveló en una entrevista posterior al partido que recibió un mensaje amenazante de un jugador de los Toronto Blue Jays solo unas horas antes del primer lanzamiento. Según Bregman, el contenido del mensaje cruzó una línea muy personal —y ahora las consecuencias van mucho más allá del campo de juego.
“He lidiado con la habladuría antes,” dijo Bregman después del partido del martes por la noche, “pero esto… esto fue otra cosa. No se trataba del juego. Era algo personal. Involucraba a mi familia.”
Aunque Bregman no nombró directamente al jugador de los Blue Jays, fuentes cercanas a la situación sugieren que el mensaje provino de una estrella de alto perfil del equipo de Toronto, conocida por su intensidad y competitividad feroz. El mensaje, según se informa, incluía una amenaza velada que implicaba consecuencias fuera del campo si Bregman no “se cuidaba” durante la serie.
La MLB ya estaría investigando el incidente, pero las repercusiones ya se sienten en toda la liga.
El jardinero de los Red Sox, Jarren Duran, conocido por su cercanía con Bregman fuera del terreno de juego, comentó al respecto visiblemente preocupado.
“Tengo miedo, sinceramente,” dijo Duran. “Cuando estas cosas empiezan a involucrar a las familias, ya no se trata solo de béisbol. Antes que jugadores, somos seres humanos. Esto cruzó una línea.”
El incidente ha provocado indignación entre jugadores y fanáticos, y muchos piden acciones disciplinarias inmediatas si se confirman las acusaciones. La Asociación de Jugadores de la MLB emitió un comunicado condenando “cualquier amenaza de violencia, sea directa o implícita” y recalcó que “los jugadores deben sentirse seguros, tanto dentro como fuera del campo.”
Ni la organización de los Blue Jays ni el jugador acusado han hecho declaraciones públicas, aunque fuentes indican que las tensiones dentro del vestuario son elevadas.
Lo que se suponía sería una serie intensa pero profesional se ha convertido ahora en una tormenta de controversia—y no está claro cómo o cuándo terminará.