Lo que comenzó como una temporada prometedora para los Boston Red Sox ha comenzado a desmoronarse rápidamente, y la figura más agotada en medio del caos es su propio mánager, Alex Cora.
Cora, uno de los líderes más respetados del béisbol moderno, ha comenzado a mostrar señales visibles de agotamiento y frustración. El lenguaje corporal en el banquillo, las respuestas cortantes en ruedas de prensa, y los rumores que ahora circulan entre reporteros y expertos de MLB apuntan a un ambiente cada vez más tenso en el clubhouse de Boston.
Según fuentes cercanas al equipo, el punto de quiebre podría estar relacionado con un creciente conflicto interno, específicamente con una estrella del equipo que ha desafiado directamente las indicaciones y consejos del mánager en múltiples ocasiones. Si bien los informes no han confirmado oficialmente la identidad del jugador, los rumores señalan a uno de los nombres más reconocidos de la plantilla actual.
“El ambiente se siente apagado, tenso”, comentó un exjugador de los Red Sox ahora analista de MLB Network. “Hay una desconexión entre liderazgo y ejecución, y eso está afectando incluso a alguien tan equilibrado como Cora.”
Cora, quien ha guiado al equipo a un título de Serie Mundial y múltiples apariciones en postemporada, fue visto el domingo por la noche golpeando suavemente el escritorio durante su conferencia posterior a la derrota, un gesto poco común en su habitual comportamiento mesurado.
Cuando se le preguntó sobre la química en el equipo y si los jugadores están siguiendo su liderazgo, Cora respondió con una pausa prolongada antes de decir:
“Estoy aquí para guiarlos, pero no puedo jugar por ellos. No puedo forzar la disciplina. Hay momentos en que uno tiene que preguntarse si el mensaje sigue llegando.”
La situación se complica aún más con el bajo rendimiento general del equipo, las lesiones clave —incluyendo la pérdida de Triston Casas para toda la temporada— y la falta de identidad clara en el terreno.
Para una franquicia acostumbrada a las luces brillantes y las expectativas altas, el clima actual se siente más cercano a la tormenta que al resurgimiento. Y en medio de esa tormenta, Alex Cora parece estar solo, luchando no solo contra los rivales en el diamante, sino contra una erosión interna que amenaza con derrumbarlo todo desde dentro.