Todo el mundo tiene una opinión sobre la situación de Rafael Devers. El ex tercera base de los Medias Rojas de Boston, ahora convertido en bateador designado, ha generado controversia por su falta de voluntad para cubrir la primera base luego de la lesión de rodilla de Triston Casas que puso fin a su temporada.
Jugar en primera base no es poca cosa, especialmente para alguien acostumbrado al lado izquierdo del cuadro. Sin embargo, la postura obstinada de Devers no es lo que los seguidores o la gerencia de los Medias Rojas esperaban de su jugador con mayores ingresos. Quizás su cuantioso contrato, que promete casi 30 millones de dólares anuales durante los próximos nueve años, haya cambiado su perspectiva sobre el deporte.
¿Por qué esforzarse más por el equipo cuando su futuro ya está asegurado? Si bien los fanáticos pueden descartar esta idea, algunos jugadores priorizan los intereses personales sobre las victorias del equipo. Esto no necesariamente etiqueta a Devers como egoísta, pero tal vez simplemente quiera imponerse frente a otra demanda más.
Mientras tanto, Alex Bregman claramente ofrece una mejor defensa en la tercera base. Con Nick Sogard ahora programado para cubrir la primera base debido a las lesiones de Casas y Romy González, Devers brilla como bateador designado, pero la cuestión de Masataka Yoshida surge una vez que se recupere.
Los Medias Rojas están ansiosos por promover a los prospectos restantes de los “Tres Grandes”, el jardinero Roman Anthony y el campocorto Marcelo Mayer. ¿Dónde encajará Yoshida si no puede jugar en los jardines? El éxito tiende a resolver esos problemas, y las impresionantes estadísticas de Devers (promedio de bateo de .285, OPS de .901, OPS+ de 152, siete jonrones) han reforzado significativamente la alineación. Sin embargo, los Medias Rojas necesitan más de un jugador que debería encarnar el espíritu de la franquicia.