El mundo del béisbol despertó con una noticia impactante: según un reporte exclusivo de CBS, los Medias Rojas de Boston han suspendido oficialmente a su tercera base titular por un período de tres meses y le han impuesto una multa de 200.000 dólares, tras lo que se ha descrito como una “grave violación del código de conducta del equipo”.
Aunque el club aún no ha emitido un comunicado detallado, fuentes internas apuntan a que el incidente ocurrió durante una reciente gira del equipo fuera de casa. Según dichas fuentes, el jugador habría faltado a una reunión obligatoria del equipo y fue visto más tarde en una fiesta privada no autorizada, en la que participaron varias personas ajenas a la organización. El evento se habría salido de control, involucrando incluso daños a la propiedad del hotel y la intervención del personal de seguridad.
Un miembro del cuerpo técnico, bajo condición de anonimato, dijo:
“Esto no fue un error aislado. Hubo advertencias previas. Esta vez cruzó una línea que no podíamos ignorar.”
La decisión ha sacudido al vestuario de Boston, especialmente en un momento crítico de la temporada en el que el equipo lucha por mantenerse competitivo. La ausencia prolongada del tercera base crea un vacío importante en la defensa y en el lineup ofensivo.
Las redes sociales explotaron tras conocerse la noticia, con hashtags como #CaosEnBoston y #TerceraBaseFuera volviéndose tendencia en cuestión de horas. Muchos fanáticos expresan frustración, mientras que otros apoyan la medida como un paso necesario para restaurar la disciplina interna del equipo.
Hasta el momento, el jugador afectado no ha hecho declaraciones públicas, y no se descarta una intervención futura por parte de las Grandes Ligas (MLB), dependiendo de los detalles que surjan en los próximos días.
Lo que es seguro es que esta noticia marca un punto de inflexión en la temporada de los Medias Rojas — y probablemente en la carrera de uno de sus jugadores más reconocidos.