La tensión fue palpable anoche en Comerica Park, cuando los Medias Rojas de Boston cayeron 9-1 ante los Tigres de Detroit, pero la mayor parte del veneno de la multitud no fue dirigida al equipo local… sino al ex enemigo que eligió otro uniforme.
Alex Bregman, quien firmó con Boston en la agencia libre esta temporada baja, fue objeto de sonoros abucheos, cánticos hostiles y pancartas sarcásticas de parte de los aficionados de Detroit, aún resentidos por no haber logrado firmarlo.
Durante el calentamiento y cada vez que se acercaba al plato, Bregman fue recibido con una mezcla de desprecio y frustración. El tercera base All-Star terminó la noche con un discreto 1 de 4 y un error defensivo, en lo que fue una de las actuaciones más decepcionantes de su joven etapa con Boston.
A pesar de la hostilidad, Bregman mantuvo la compostura. Después del juego, habló con los medios en el vestuario visitante y ofreció una respuesta sorprendentemente serena:
“Todo está bien”, dijo, con una media sonrisa. “Amo este lugar, amo estar en Boston. Tomé una decisión basada en lo que creí que era mejor para mi familia y mi carrera. No tengo nada contra Detroit. Entiendo que estén molestos.”
La declaración fue tan tranquila como firme. Sin excusas. Sin rencor.
Los Tigres, que estuvieron entre los finalistas para fichar a Bregman durante el invierno, hicieron una oferta agresiva, según informes, pero Boston ofreció un contrato más largo y la oportunidad de liderar una alineación renovada en una ciudad con historia de campeonatos.
Mientras tanto, los fanáticos de Detroit parecen no haber perdonado ni olvidado.
“Nos dio la espalda”, dijo un aficionado con la camiseta de los Tigres y un cartel que decía ‘Bregman Who?’. “Podría haber sido nuestro héroe. En cambio, se fue con los Yankees del Este.”
La temporada aún es joven, pero Bregman está sintiendo el peso de las expectativas. Y con Boston tambaleándose en la clasificación de la División Este de la Liga Americana, sus palabras —“amo este lugar”— están empezando a ser puestas a prueba por la afición de los Medias Rojas también.
La próxima vez que Boston visite Detroit, se espera que la recepción no sea menos hostil. Pero si algo ha demostrado Bregman, es que puede enfrentar la presión con una calma que pocos poseen.